VILA-MATAS CANONIZADO POR PARIS REVIEW. (Entrevista en Perú de Gabriel Ruiz Ortega)

adam tEl anhelo oculto de todo escritor es aparecer en las páginas de la icónica revista gringa The Paris Review. Su relevancia es tal que muchos lo consideran un galardón aún mayor que el Premio Nobel de Literatura. Ser parte de la sección “The Art Of Fiction” es como el éxtasis, la firma de lo obvio, porque cualquiera no es convocado. No solo el autor debe tener una obra luminosa, sino también el reconocimiento unánime de lectores y críticos.

El autor entrevistado de la edición 247 es el español Enrique Vila-Matas, dueño de una poética con títulos imprescindibles como Historia abreviada de la literatura portátil, Bartleby & Compañía, Mac y su contratiempo, Esta bruma insensata y otros. El filtro es tal en The Paris Review que por España solo han aparecido Camilo José Cela y Javier Marías, y por Latinoamérica Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera Infante, Manuel Puig, Gabriel García Márquez, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Pablo Neruda y Octavio Paz. En tal sentido, CARETAS conversa con Vila-Matas sobre lo que significa para él este reconocimiento que barniza aún más su ya admirada trayectoria literaria.

GRO: Hay una constante en tu narrativa, la del protagonista/personaje que desaparece. ¿Crees que este sea uno de los factores que te llevan a ser un autor prolífico a cuenta de una libertad creativa que no obliga a repetirte?

VM: Bueno, creo que Adam Thirlwell dice en su entrevista de The Paris Review que siempre ha admirado en mis novelas la capacidad de confundir la escala habitual de las cosas. Las cosas pequeñas se hacen grandes y otras desaparecen. Es como si la miniatura creciera. Como si un pequeño detalle o cita se hiciera cargo de un libro completo. Si esto es así, si esto es verdaderamente cierto, vendría una vez más a confirmar que menos es más y un botón es casi menos que otro botón. Y bueno, ya se sabe que, históricamente, la tendencia humana de interesarse en minucias ha conducido a grandes cosas. No me gusta lo importante, lo solemne, lo grande. El cambio en la escala habitual de las cosas fue en su momento maravillosamente llevado a cabo por Kafka.

GRO: ¿Cómo son tus días en estos tiempos de aislamiento? De alguna manera, todos hemos sufrido alguna pérdida de algún ser querido durante esta pandemia. ¿Te encuentras escribiendo?

V-M con Adam Thirlwell, Hotel Alma.

V-M con Adam Thirlwell, Hotel Alma.

V-M: Aunque no ha sido a causa de la pandemia, yo he perdido al amigo Juan Marsé, contertulio durante años, a la hora del aperitivo, en la tertulia de los domingos. “Era un hombre entero”, como lo definió uno de los nuestros. Sobre mi vida en días de pandemia, debo decir que de pronto me vi muy agobiado al comprender que trataban de hacerme comprender que si era escritor tenía que comunicar, crear, producir, ser puro Zoom, puro streaming, ser locutor de mí mismo, permitir que mi casa se convirtiera en un plató de televisión y yo me pasara días sin poder escribir una línea. Hasta que reaccioné. Ahora por fin sólo me dedico a escribir.

GRO: Otra de las cualidades de tu obra es la inalterable secuencia de referencias literarias. Debido al aislamiento, mucha gente se ha encontrado con la lectura. En este sentido, ¿qué autor recomendarías leer?

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V-M: No sé ni por dónde empezar. Hay tantos. El libro que estoy leyendo ahora es buenísimo, lo ha escrito Guadalupe Nettel, y se titula La hija única. Esta es una escritora que, sin abandonar nunca el nido de sus problemas, cada vez que publica un libro mejora al anterior. Creo mucho en su obra. He observado que es una escritora tan inteligentemente insegura que acaba sabiendo siempre adonde va; tal vez éste sea el secreto de sus formidables avances.

GRO -Las entrevistas de The Paris Review son legendarias. Ahora que formas parte de esa galaxia, ¿sientes acaso que es un sueño juvenil cumplido al aparecer en esa lista que sin duda debe tener más de un autor que admiras?

V-M: Cuando me propusieron ser entrevistado en Paris Review, lo viví como un acontecimiento, quizás porque había leído unas cien entrevistas de Art of Fiction, la sección admirada. Más de una vez había especulado con lo que diría en el caso –algo bien improbable– de que un día me llamaran para ser ahí entrevistado.

-GRO: He notado que siempre has tenido un perfil bajo, es tu obra escrita la que te expone con mucha frecuencia.

V-M Sin riesgo no hay escritura. Como decía el torero Belmonte: “El peligro es el eje de la vida sublime”.

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