-Algunas personas dicen que no entienden lo que usted escribe, incluso después de leerlo dos o tres veces. ¿Qué les sugeriría que hicieran?
-Que lo leyeran cuatro veces.
En esta mañana de fin otoño en Sao Paulo, la respuesta de William Faulkner me permite entrar directamente en materia y acordarme de las diferencias entre libros que se venden mucho (porque, como decía Bolaño, “cuentan historias que se entienden”) y libros que, por inscribirse en una tradición más compleja de construcción de historias, “se entienden” menos y salen malparados cuando se les compara con esa narrativa que podríamos llamar “normal” y que no es otra que (sigue leyendo +)