Philipp Engel en COOLT recomienda ‘París no se acaba nunca’, de Vila-Matas (Debolsillo)

tam-tamTam Tam, la película con más travestis por metro cuadrado de toda la historia del cine. En realidad lo que hacía Arrieta era cine punk a la francesa.

 Pont des Arts, Paris

Entre el cine y la literatura no hay tantas intersecciones como puede parecer a simple vista. Hay muchos libros de cine a los que les falta estilo, que me parecen plúmbeos y farragosos, carentes de elegancia, y no tanta literatura que comporte un pedazo de la historia del Séptimo Arte que me parezca tan significativo como este libro de Enrique Vila-Matas, en el que novela los años que pasó en la buhardilla de Marguerite Duras, divina escritora que también fue una magnífica cineasta, indie avant la lettre, tal y como por fin se ha reivindicado en la estupenda exposición que este año ha recalado en el Palau de la Virreina de Barcelona. Sus años de quimérico inquilino en la rue Saint Benoît, coincidieron con el rodaje de la icónica India Song (1975), y el escritor catalán, que había empezado queriendo hacer cine —llegó a rodar un par de cortos—, también participó por entonces en Tam Tam (1976), una de esas películas, totalmente underground, del no menos simpático Ado Arrieta. Por estas y otras razones, cuando hago ding dong en una fiesta de cumpleaños y no sé qué regalar, suelo acudir con París no se acaba nunca bajo el brazo.

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