EL MAL DE MONTANO visto por F. Rana Colomer (revista Papagayo, número 1, abril 2022)

la-edad-del-desconsueloHace ya un montón de años que Enrique Vila-Matas escribió El mal de Montano. Tenía medio acostumbrados a sus asiduos y fieles lectores a los juegos metaliterarios, o lo que es lo mismo escribir literatura sobre la literatura misma. Sin embargo, en esta novela, o como quiera definirse, el autor ahonda con pasión en el tema, una novela que tal vez ni responda a ese género. Diálogo, monólogo intimista, dietario, tal vez un ensayo, rompiendo de forma magistral con los límites de las formas literarias.

Repaso ameno y muchas veces sorprendente, a las aportaciones de algunos de los grandes: Shakespeare, Kafka, Borges puestos en contacto con escritores no tan conocidos y consagrados que sorprenden. En este sentido el libro está cuajado de ventanas abiertas hacia mundos poco o nada conocidos.

Vila-Matas se hace acompañar en el acto creativo por el lector, observador en tiempo real, del crecimiento de los protagonistas y de cómo son manejados por el autor. Temas transversales enriquecen el texto de manera notable, por ejemplo, el viejo debate sobre la muerte de la literatura, o bien hacia dónde va y cuáles son las tendencias actuales, mientras el lector se convierte en libro y asiste, en primera fila, al crecimiento de esta novela distinta. El acto creativo y su otra cara, la incapacidad de escribir, su célebre ágrafo.

El lector asiste al proceso, porque Vila-Matas construye la novela en el mismo momento de vivirla. Realidad y ficción admirablemente compensadas. “Este diario que se me está volviendo novela”. El carácter original, profundo y de estilo muy depurado hacen de autor y libro un hito en la historia de la Literatura.

Traducida a veintitantos idiomas, nos da idea del carácter general, asequible a muy distintas culturas, temas universales del ser humano. A veces el narrador está presente, otras se convierte en Montano (padre), conversión que incluso aparece en el mismo párrafo, con magnífico manejo de los personajes infiltrados en la autobiografía ficticia. Juego entre realidad y ficción.

Extraordinaria capacidad de aproximar los extremos del cuadrado mágico: realidad, anécdota, citas y ficción. Hablar en libro es leer el mundo como si fuera la continuación de un interminable texto. El libro está dividido en cinco capítulos. En el primero, El mal de Montano, fija las características del mal, iniciando la novela a través del diario. En el segundo, Diccionario del tímido amor a la vida, comienza con el viaje a Budapest, convocando a Robert Musil; su novela El hombre sin atributos, es considerada una de las más influyentes de la literatura del siglo XX. Montano no existe, pero Tongoy sí, luego descubriremos que tampoco. Desde el Gran Hotel Katania de Budapest. El diario se convierte en un libro de viajes y en homenaje al diálogo como herramienta del escritor. Apasionante repaso de los diarios más importantes de la literatura: Gide, Kafka, Virginia Wolff, Montaigne.

Me propongo —afirma— trabajar abiertamente en el interior de diarios ajenos y lograr que estos colaboren en la reconstrucción de mi precaria autobiografía. La cita de Scott Fitzgerald: “Me conozco a mí mismo, pero eso es todo” abre un abanico de pensamientos y emociones sorprendentes. La fascinación del diario ficticio. “Me inventé un hijo que se llamaba Montano” Homenaje entusiasmado a Robert Walser, a Cernuda y cómo no a Oliverio Girondo. Fascinante el descubrimiento del diario de su madre “perdida en el mundo de Fascinante el descubrimiento del diario de su madre “perdida en el mundo de los barbitúricos” que convierte en madre de Montano, entre Virginia Wolff y Alexandra Pizarnik. Se trata de comprender la vida a partir de la vida de los demás. Budapest, Valparaíso, Lisboa, Barcelona, las Azores. Los personajes desfilan en estos escenarios, unos reales, otros ficticios. Bernardo Soares y el Desasosiego del poeta portugués Fernando Pessoa. Pavese suicida en El oficio de vivir. Sugerencias infinitas de nuevas y apasionantes lecturas. Sergio Pitol, Paul Valery. El tercer y cuarto capítulo, mantienen el interés del lector abordando temas como la identidad. Al igual que otros diaristas no escribo para saber quién soy, sino para saber en qué me estoy transformando. Tongoy dicta conferencias, mientras una Rosa inexistente asiste en primera fila al evento. El autor escribe el diario de sus personajes. En el quinto y breve capítulo el delirio creativo es total. Los personajes reales toman parte en el aquelarre y comienzan a interactuar con el autor que conversa con Walser y después es Walser quien conversa con una viejecita, en el mismo lugar, en la misma habitación donde murió Frank Kafka. El Premio Herralde en 2002 y el Prix Médicis Étranger (el mejor libro traducido en Francia en 2003) representó la consagración de su autor como uno de los escritores más originales y creativos del momento. Un regalo para los amantes de la gran literatura.

Revista Papagayo número 1 / Abril 2022:

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