«Suele ser duro pasar por momentos de desolación, quién negaría esto, pero también puede ocurrir que a un artista la vida aislada y áspera le reporte un aprendizaje severo pero muy estimulante y, además, útil en el momento en que deja atrás las tinieblas del desprecio o indiferencia de los otros y aparece a plena luz del día, para sorpresa de cuantos hasta entonces le habían ignorado… Aparece armado hasta los dientes, preparado para todo, curtido en el aislamiento y la felicidad de tantos años. Un samurái en Blanes. Me hace pensar en aquel aforista madrileño que escribió aquella verdad tan exacta: «El carácter se forma los domingos por la tarde».
Le conocí a Bolaño justo cuando salía de esa etapa de infinitos domingos en los que se había ido forjando su salvaje ánimo, le conocí al final de ese prodigioso año donde algunas cosas acababan justo de dar un vuelco para él y para su familia…»
(extracto en el Magazine de un texto de Vila-Matas en las páginas dedicadas a Bolaño en las que colaboraron Gabriela Trujillo, Manuel Vilas, Patti Smith y Philippe Lançon)