ESTA BRUMA INSENSATA (2019)
Aunque parezca toda una paradoja, en esta novela de trama perfectamente tramada y pensada hasta el último detalle, practiqué –bajo la excusa inicial de que buscaba una frase perdida– el arte de caminar sin rumbo y que ese arte fuera o simulara ser el motor de la historia (que es un proceso típico, dicho sea de paso, de la narrativa medieval). La consecuencia de esto fueron las palabras finales del libro: “A veces, cuando veo que he tenido que escribir sobre un tiempo ya tan caducado, me pregunto si no será que a lo mejor, como dicen algunos, a la ficción le gusta el pasado y por eso tiende a correr el riesgo de no ser sino cosa del pasado, que es lo que solían decir los hegelianos hablando del arte en general y Borges hablando de la lluvia”.