Había leído los primeros siete breves fragmentos de Noches insomnes, de Elizabeth Hardwick, cuando abordé el comienzo del fragmento octavo: “Los principios son siempre deliciosos; el umbral es el lugar en el que conviene detenerse, dijo Goethe”. Sorprendido, me detuve en seco (siga leyendo)

Elizabeth Hardwick