Apremiado a definirme en cinco líneas sobre las relaciones entre realidad y ficción, recurrí a la imagen de un biombo. Lo hice convencido de estar sintetizando una brillante conferencia que recordaba haberle escuchado aOttmar Ette en la universidad de San Gallen acerca de “muebles móviles y fronteras ajustables de lo transareal” (seguir leyendo)