SHAKESPEARE AND COMPANY

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Esta famosa librería tiene un problema: no es la verdadera Shakespeare and Company, aquel establecimiento que fue hasta 1941 la mejor librería del mundo.

Pasa que en 1962 Georges Whitman (muerto hace unos pocos años) se apoderó del nombre de la librería original, y creó el perverso equívoco que ha durado hasta nuestros días. Su librería (hoy regentada por su hija) está en el 37 de la rue de la Bûcherie y tiene poco que ver con la auténtica, la que dirigió Sylvia Beach en el número 12 de la rue de l´Odéon.

Durante el período de 1919 a 1941 en que Beach estuvo al frente de esa librería (centro absoluto de la cultura anglo-americana en París) pasaron por el lugar Hemingway, Ezra Pound, Francis Scott Fitzgerald, James Joyce, Gertrude Stein y compañía. El músico de vanguardia George Antheil (inventor, además, del teléfono móvil) vivía en el piso de encima de la librería y (hay pruebas fotográficas) solía entrar en su casa trepando por la fachada. Hoy, justo donde el músico escalaba, hay una placa que recuerda que allí se editó en 1922 el Ulises, de James Joyce. Si de mí dependiera, pondría otra placa que informara de que allí se inventó la telefonía móvil.

La falsa Shakespeare and Company vino después, en 1962, cuando Whitman, al morir Sylvia Beach, le cambió el nombre a Le Mistral (librería de su propiedad que en los años 50  había sido feudo de la beat generation) y pasó a llamarla con su nombre actual.

Recuerdo haber entrado en 1972 por primera vez al lugar y haberle comprado a Whitman un ejemplar de Azul, de Rubén Darío. La alegría que tuvo al ver que un jovencito disfrazado de ángel le compraba aquel libro fue tan desaforada  que me invitó a dormir aquella misma noche allí, lo que (aterrado) decliné cortésmente.

Durante sesenta años se calcula que se han alojado en esta librería unas cien mil personas. Pero, aún así, que Shakespeare and Company sea la librería más conocida de París es un misterio, porque las buenas librerías de esa ciudad son para mí otras, son Compagnie, La Hune, L’Ecume des Pages y, muy especialmente (por ser la de mi barrio cuando estoy en París), Tschann, en el boulevard Montparnasse.

En su imprescindible Librerías (Anagrama), Jorge Carrión, a la vista del prestigio de Shakespeare and Company, se pregunta de qué pasta están hechos los mitos y, sobre todo, cómo los podemos desmitificar. ¿Es esa librería un icono turístico o un lugar realmente importante, es una utopía comunista o el negocio del tacaño?, se pregunta Carrión, y dice que será difícil que lo sepamos algún día. Yo creo que el éxito de ese lugar es que, a primera vista, te parece fuera del tiempo, parece que estés en la película Brigadoon.

Sea como fuere, cuando voy a París y busco un libro, me vuelvo práctico y me sitúo en la tierra y voy a Compagnie o a Tschann, o entro en La Hune, tan trágicamente desplazada hace dos años de su sitio habitual. 

(publicado en El País semanal.
8 de diciembre 2013)

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