Café Perec 10 Octubre 2023 ——————INFORMES DE LECTURA

bazlen_ato

 

 

 

 

 

 foto: Roberto Bazlen

También a mí en diferentes épocas me han preguntado qué nuevas tendencias literarias podrían estar ahí, en el más inmediato horizonte. Si la cuestión me la hubieran planteado cuando aún no había irrumpido la pandemia, habría parafraseado lo que un editor pasado de copas le dijo a Adriana Harwicz y que ella reproduce en El ruido de una época (Gatopardo). El editor vino a decirle que seguirán por mucho tiempo las escrituras femeninas y las autoras con carácter antes de que pierdan interés a ojos del mercado.

Pero si la pregunta me hubiera llegado en pleno confinamiento por el coronavirus, habría pronosticado, según el rumor que circulaba, una futura invasión de diarios pandémicos. Cuando fue disminuyendo el problema del covid, se supo que no había grandes diarios epidémicos y, además, ni tan siquiera interesaban. Sin embargo, hay unos diarios que han ido apareciendo, por entregas, en los tres últimos años, los de Rafael Chirbes, que, aun habiendo sido escritos mucho antes del covid, contienen, en su meditación sobre el aislamiento, sobre la soledad, un cierto registro pandémico. Por otra parte, la influencia de los “informes de lectura” que puntúan esos diarios (los reproches de Chirbes a lo que escriben sus colegas) lo tienen todo para abrir una senda medio nueva en nuestro horizonte literario: la de los libros construidos con los secretos informes para editoriales por parte de grandes lectores.

Es un género quizás no muy conocido y en el que destacan, por ejemplo, los informes de Gabriel Ferrater reunidos en Noticias de libros (prólogo de Aparicio Maydeu, 2012), unas cartas en forma de obras maestras discretas que contienen frases simples que nos persiguen para siempre, como la que envía sobre Tiempo de silencio: “Un país de ratas, poblado por personas que son como ratas; así ve Martín-Santos su país, su España”

Juraría que el maestro mundial en análisis secretos sobre libros es Bobi Bazlen, cuyo talento brilla en las cartas que enviaba a Roberto Calasso, Lettere editoriali (Adelphi, 1984; Informes de Lectura, La bestia equilátera, 2012). Como viene siendo norma en este género, Bazlen distingue entre la calidad de la obra y su lado comercial. Reconoce el valor literario supremo, por ejemplo, de El hombre sin atributos, de Musil, pero dice que, de cara a publicarla, es una novela demasiado larga, demasiado lenta (“o aburrida, o difícil, como quieras llamarlo”) y encima “demasiado austriaca”.

Tan curioso, y al mismo tiempo perfecto, es que una novela pueda ser “demasiado austriaca” como que Bazlen elija el muy pandémico Solitary Confinement (Celda de aislamiento), de Christopher Burney, como el mejor libro leído en 1968. No hay grand guignol, dice, no hay Anna Frank, no hay terror al fusilamiento, sólo hay soledad acompañada de mucha hambre, y no mucho más, ni siquiera un antes y un después del aislamiento. Y, sin embargo, según Bazlen, el ajuste de cuentas con la soledad se las trae. He preguntado. El libro está descatalogado en todo el mundo.

 

Esta entrada fue publicada en Café Perec. Guarda el enlace permanente.