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Sigues pensando que del estilo se puede decir lo mismo que del lenguaje: que es un verdadero universo que emite sus héroes, sus historias, su bien y su mal.
Universo (un ensayo). Especulas con un título así para la conferencia que das en Barcelona el 31 de mayo (cierre del festival de literatura ‘En otras palabras‘), unas diez notas sobre tu universo literario.
Un universo que, a tu parecer, no debe caer en la trampa que se tiende a si mismo, sino colocarse en un espacio que sólo le pertenece a él, lo que va a darle más aire para seguir explorando, seguir buscándose; en otras palabras: aventurándose. Recordemos (a veces pienso que es mi lema):“Por la libertad, Sancho, así como por la honra, se debe aventurar la vida”.
Ahora bien: en mi país natal, no hay nada que provoque más resistencia que teorizar sobre lo que uno narra, dicho en otras palabras: poner de manifiesto los códigos; podríamos decir que estos códigos tienen que permanecer a cualquier precio inconscientes, exactamente como el código de la lengua; ninguna obra corriente es lenguaje sobre el lenguaje, hasta el punto de que la ausencia del nivel metalinguistico sea quizás el criterio seguro que permita definir la obra popular. Operar en un sentido diferente representa todavía hoy un tabú muy fuerte. Y este precisamente es el tabú que Dante -entre otros- derribó al hacer de sus poemas y de su comentario técnico una sola obra (Vita Nova), y más concretamente cuando en este libro, dirigiéndose a su balada (Balada, vete al encuentro del amor), Dante rechaza la objeción según la cual nadie sabe a quien se habla bajo el pretexto de que «la balada no es otra cosa sino lo que yo digo de ella»
2)
¿A quien…?