Enrique Vila-Matas , escritor español e invitado al Congreso en la mesa Mestizaje e interculturalidad, también lamenta la poca presencia de jóvenes. Considera sus aportaciones al idioma son importantes: “Siempre ha sido así y no tiene ahora porque ser lo contrario. La actividad de las nuevas generaciones (hay casos tremendos de estupidez innata, como pasaba con mi generación) la veo ligada a ese libro inacabado de Nietzsche que tituló Transvaloración de todos los valores y del que, si no recuerdo mal, escribió sólo un prólogo, que él consideraba lo ‘mejor que había escrito en su vida’. Ya ve, también Nietzsche fue joven”, concluye el autor de Montevideo (Seix Barral).
Tampoco entiende esa ausencia Carmen Posadas (69 años, Montevideo, 1953), escritora uruguaya que vive en España e invitada al Congreso: “Sería bastante necesario poder escucharlos. Ellos siempre crean una neolengua para diferenciarse de los mayores, algo que ahora es más notable porque las redes sociales, la publicidad, las series de diferentes países, son un fenómeno que puede hacerlas virales. Crean neologismos que se destruyen rápidamente o se quedan, pero hay que conocerlos”.La autora de novelas como Licencia para espiar (Espasa) recuerda, incluso, la lentitud de la RAE ante el ritmo de la vida, al señalar que “se tarda años en que palabras o acepciones muy populares entren en el diccionario. Y cuando lo hacen algunas ya están casi en desuso, como ocurrió con canalillo hace unos años”.