BÚNKER comentado por Daniel Ruiz.

kafka-peter-mendelsund-2-576x866DANIEL RUIZ (ABC Sevilla. 8-3-20):

Conocí a ToteKing en el aeropuerto de La Coruña. Fui muy fan de Un tipo cualquiera, su segundo disco, que me sigue pareciendo hoy una obra seminal del rap español. Pero últimamente había vuelto a su música a través de mi hijo Pablo, que anda desbocado con el Freestyle. Así que, al verlo allí, esperando aburrido su avión, lo abordé con la intención de hacerme una foto con él para mandársela a mi hijo. Me impresionó comprobar que llevaba el libro Locus Solus, de Roussel. Quien haya leído a Roussel sabrá que no es precisamente un autor fácil. Yo leía un libro de Zweig, que él también conocía. Y en seguida comenzamos a charlar. Le conté que yo escribía, y él asimismo me confesó que intentaba hacerlo, porque nada menos que Vila-Matas, con quien se intercambiaba emails, le había animado a ello.

Pablo recibió la foto, y a los dos días yo recibí un correo de Tote. Ahí empezamos a intercambiarnos emails, fundamentalmente sobre literatura, sobre la pasión de leer y sobre el milagro de escribir. Este miércoles, por fin, salió a la calle el libro en el que venía trabajando desde hacía dos años. Se llama Búnker. Y es tan honesto, sencillo y puro como sus canciones. En el libro, por cierto, habla extensamente sobre Sevilla. Pero de una Sevilla alejada del incienso y los besamanos: la Sevilla de los niños de barrio sin apellido que pasan las tardes comiendo pipas en bancos públicos y jugando al básquet. Ahora que, con la Cuaresma, muchos airean con exaltación sus carnets de sevillanía, no está de más recordar que pocos artistas han llevado el nombre de Sevilla tan lejos como ToteKing. Sin él, el rap español no se entendería. Iré más allá: si hoy somos una ciudad un poco más moderna que hace dos décadas (sólo un poco), parte de la culpa la tienen sus canciones.

 

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