
Jesús Badenes, Enrique Vila-Matas, Elena Ramírez y Fernando León de Aranoa, ayer en la Virreina, de Barcelona
Vivimos un momento Julio Ramón Ribeyro y no lo sabemos. Sus personajes se encuadran en la clase media y baja, pero son marginales, alejados de la oficialidad, en una lacerante polarización, hoy turbocapitalista, todos en una olla urbana que hace tiempo que desbordó. “Se le lee demasiado poco”, lamentaba el librero Lluís Morral, de Laie, durante el tradicional cierre de curso literario que organizó la tarde del jueves en Barcelona Seix Barral, al que ha puesto banda y medalla editando tres libros señeros del escritor peruano: las memorias de La tentación del fracaso; sus 93 cuentos reunidos en La palabra del mundo y las inclasificables, como él, Prosas apátridas.
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