“Galgo: correr como un galgo”. “Literatura: ocupación de vagos”. “Dinero: no da la felicidad”. “Claroscuro: No se sabe qué es”
He vuelto a acercarme al Diccionario de lugares comunes, aquel proyecto de Flaubert de 1847 que acabó publicándose póstumamente en 1911: diccionario en el que, invocando con buen humor todo tipo de frases hechas, desplegó una crítica a la mediocridad de la burguesía de su época. Las cosas hoy siguen igual o, mejor dicho, peor…(sigue leyendo)