JOHN ASHBERY EN NUESTRA MEMORIA

kennedyJohn Ashbery siempre esquivó las confesiones. Expresaba la relación entre su vida y su poesía como “muy cercana pero oblicua”. No le gustaba hablar de sí mismo, y esto ha contribuido al secreto de sus poemas. En The Songs We Know Best, Karin Roffman hace un detallado recorrido por los años de juventud de Ashbery, marcados por una relación conflictiva con su padre, la muerte temprana de su hermano o la hostilidad de su entorno hacia su identidad sexual. Pero aunque es posible rastrear en sus poemas un tono nostálgico, elegíaco incluso, no puede decirse que representen un testimonio de estas vivencias. Dan Chiasson, en su obituario en The New Yorker, lo califica como “el mayor poeta de la memoria”. Y lo que Ashbery responde es que “Our question of a place of origin hangs / Like smoke”. (**)

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