LA INTELIGENCIA DIVIRTIÉNDOSE.

mercurio-propiedades-metalM.A. HERNÁNDEZ sobre MAC Y SU CONTRATIEMPO. Revista EÑE. Al llegar a casa quisieras encerrarte a escribir, pero decides leer. Y vuelves a recorrer las últimas páginas el nuevo libro de Enrique Vila-Matas. Mac y su contratiempo. Llevas varias semanas degustándolo. Te enviaron el avance editorial y te dijeron que guardaras silencio hasta el día de la publicación. Lo has leído sin poner un solo tuit, una sólo foto en Instagram, un solo comentario en el diario. Lo devoraste casi de un tirón cuando llegó y ahora lo vuelves a leer con detenimiento. Es Vila-Matas en estado puro. Un festín. Tu cabeza no para de hacer asociaciones, de viajar adelante y hacia atrás a lo largo de la obra del escritor. Lo lees teniendo cerca Una casa es para siempre, el libro cuya estructura reverbera en esta “novela”. Identificas voces, temas, giros y situaciones. Repetición y diferencia. Es el eco de un ventrílocuo. La voz distorsionada, que retorna y centellea, que se reactualiza en otro contexto. De nuevo, no cesas de pensar en la escritura de Vila-Matas en términos artísticos: apropiación, performance, cuestionamiento de la autoría, de la originalidad, puesta en cuestión de todos los géneros. Cuento, novela, ensayo, diario… En realidad, su obra se puede entender como comentario a la historia de la literatura. Comentario en el mejor de los sentidos. Comentario que hace la avanzar un paso más. Los 53 de Perec se convierten en 54. Eso lo que sucede, en realidad, con todo el edificio narrativo que, libro tras libro, construye Vila-Matas, que avanza constantemente hacia delante, incluso cuando el avance no se percibe a primera vista, cuando viene travestido de repetición, de salto, de anacronismo, de contratiempo. Tienes la sensación de que estás ante un libro-mercurio, un libro que se escapa, que elude cualquier posibilidad de apresarlo. Como la propia obra del escritor, que, a través de la recreación, avanza hacia un lugar que aún no está creado del todo. Un lugar se forma para él, que se constituye en el propio avance. Es grande, Vila-Matas. Sin duda, más que nadie, es “la inteligencia divirtiéndose”. (fragmento del diario de MAH)

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