VILAMATEAR

esta bruma02[Torres Blasco en ÚLTIMA HORA, Mallorca. jueves 30 de mayo 2019] :

Si es que no hay manera: vuelvo a ser víctima del embrujo de Enrique Vila-Matas (EVM). La culpa la tiene esta vez la bruma intensa de una de sus historias que me niego a terminar. Con los libros de EVM, y con el último también, me sucede siempre lo mismo: los empiezo con la secreta esperanza de que no se acaben nunca, como París. Vilamateando, vamos. Vilamatear es leer en todas las direcciones a la vez: adelante, atrás y en zigzag, del presente al pasado y de éste al futuro. Vilamatear es que el libro te lea mientras tú piensas que lo lees a él y que seas tú quien se asome desde sus páginas hasta unos ojos que te observan desde arriba. Escribo de ESTA BRUMA INSENSATA (Seix Barral) , lo último de EVM, sin haber llegado al final. Si escribo ahora es porque tengo que contar algo inquietante: que no puedo dar ni un paso (es decir, seguir leyendo) sin considerar que EVM no haga otra cosa que aludir a mí. Que esté narrando lo que me ocurre mientras leo. Todo empezó por el principio (vaya estupidez que acabo de escribir), justo al inicio de la primera página cuando el aparente narrador (cuando empiezas un libro de Vila-Matas nunca sabes si quien tú crees que es el narrador terminará siéndolo) escribe que desde muy joven no lograba avanzar como lector más allá de las primeras páginas de los libros que se disponía a leer. Luego, a las pocas páginas, me agité ante una alusión sobre la relevancia de las opiniones políticas. Y digo ‘me agité’ pues no le habría prestado demasiada importancia de no ser por estar yo, en ese preciso instante, esperando el inicio de un mitin político de la pasada campaña. Pero no quedó ahí la cosa pues días después (vilamatear es alargar la lectura del libro que te gusta para que no se acabe) contaba el narrador que al levantar los ojos sólo acertaba a ver un puerto con sus mástiles y grúas. Que era lo que yo estaba viendo. No tengo escapatoria.

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